viernes, 24 de enero de 2014

Presentación


Este Blog parte de la idea de compartir y difundir contenidos de Psicología (a los lectores internautas), así como de ofrecer recursos y estrategias de reflexión y actuación para poder hacer frente a distintas situaciones de la vida cotidiana. De esta forma, se pretende crear un espacio de participación donde cualquier persona pueda consultar y expresar opiniones frente a debates abiertos y contenidos expuestos, además de proponer nuevos temas de discusión.

Por otro lado, pretende ser un punto de apoyo y formación a profesionales del ámbito de la salud y otras profesiones vinculadas, proporcionar terapia tanto individual como grupal e impartición de talleres de diferentes temáticas.

La dependencia (emocional)

Desde que el ser humano nace, depende de forma crítica de otros seres humanos para su supervivencia, y para un correcto desarrollo físico e intelectual. Estos vínculos, a su vez, le proporcionan una seguridad emocional  y le  ofrecen un apoyo y sustento (también económico) hasta su maduración.

En su etapa más infantil, el individuo depende en gran medida de sus padres o tutores, principales modelos educativos, y  al llegar a la adolescencia necesita principalmente de sus amigos otros grupos sociales para crear su identidad. Con la juventud, llega la explosión del ser en todas sus facetas: a nivel físico, intelectual, emocional, sexual, y  donde, en  función de las circunstancias,  podrá extraer  en mayor o menor grado todo su potencial.

Si estos vínculos han sido positivos,  en su madurez se verá provisto de recursos emocionales y psicológicos, que le servirán de colchón para el resto de su vida.  Factores como una buena autoestima, un buen modelo educativo, familiar y social, ofrecerán al individuo un poder inestimable para poder enfrentarse al mundo que le rodea, crear un hogar, desempeñar un trabajo, u otras actividades a la sociedad, etc. Aun así, como el ser humano es un ser social por excelencia, necesitará del amor y afecto  de sus seres queridos, ya que cada uno de ellos le aportará un granito de arena a su bienestar.

No obstante, como en todo, es importante una justa medida, y desgraciadamente, la dependencia emocional  es un trastorno que ocupa entre el  7 y 10% de consultas al psicólogo. Así mismo, afecta a más mujeres. ¿Por qué se produce?

La dependencia emocional tiene la base de cualquier adicción en general, ya que sea al alcohol, a las drogas, a Internet, al sexo,…lógicamente, salvando las distancias entre cada una de estas patologías.

La dependencia emocional surge de la necesidad de refuerzo por parte de una persona, grupo institución o actividad, y la aprobación de ella para su autoestima y su felicidad. Puede ser de un padre o una madre o de la pareja, por ejemplo. Esa persona siempre necesita de otros factores externos que le están dando su seguridad, y no es feliz sin ellos.

Por otro lado, el estado de ánimo del dependiente es voluble y tiende a la ansiedad, ya que depende del trato de esa persona o la buena relación, así como la buena opinión de ella  para sentirse bien. Por tanto, prefiere, ponerse en segundo lugar, anteponiendo los deseos y opiniones de ésta a los suyos.  Predomina el temor, la inseguridad en su relación, por miedo a perderla, y no es capaz de disfrutarla y le invadan sentimientos de culpa, siente que es responsable de la felicidad del otro.

Así mismo, es probable que se obsesione en esa relación, y aunque le haga daño no sea capaz de dejarla, y  tienda a aislarse socialmente, no sea capaz de dejar esa relación por miedo a sentirse solo y puede caer fácilmente en los chantajes emocionales.

Otro aspecto a considerar, puede ser la dificultad que puede tener la persona dependiente para vivir el duelo o la poca tolerancia al dolor, además de la dificultad para manejar conflictos o solucionar problemas, con lo que ello está reflejando una inmadurez emocional.

Según Erich Fromm, existen dos tipos de relaciones,  dependientes o de integridad:

Las dependientes, se basan en la idealización de la imagen propia o de la contraparte, y surgen por el temor del individuo a la soledad,  impulsándolo a someter  o someterse a alguien. Estas relaciones no permiten evolucionar al individuo y extraer su potencial, y nunca producen una verdadera sensación de unión.


                                                                       Foto extraída de la-ampliadora.blogspot.com

Las relaciones íntegras, no obstante, requieren ver  a los otros tal y como son, y no se conservan por miedo, sino que permiten al otro desarrollar sus facetas y su individualidad.

Así pues, es importante para aquellas personas que se hayan sentido descritas, en construir relaciones positivas, y detecten aquellas cosas que le perjudican y que han hecho por amor o por cariño.
Deben mirar principalmente por su bienestar, reforzar su autoestima,  reforzando sus aspectos positivos y poseer valores propios.

Para finalizar, recordar que es importante aprender a estar solos, y no ver esa soledad con negatividad, sino una oportunidad para conocerse y amarse sí mismo, descubriendo sus habilidades, nuevas personas, países, culturas,…en fin… disfrutando del resto de facetas tan importantes de la vida que no había visto antes y ampliando los puntos de mira…
Sobre todo, cuidarse y mimarse, desde el cuerpo, haciendo ejercicio físico, hasta la mente, cultivándose, leyendo, creando nuevos proyectos y teniendo nuevas ilusiones, eso atraerá a personas positivas en nuestra vida…

Recomendamos leer sobre la filosofía del desprendimiento, por Walter Riso, que anima a vivir las relaciones sanas sin indiferencia afectiva, pero sin el sentimiento de posesión o sentirte definido por el otro…

A continuación, aportamos un enlace en el que se entrevista al autor y ofrece técnicas e ideas para enfrentarse al apego emocional o dependencia.

La comunicación no verbal entre padres e hijos


La comunicación es un proceso muy complejo, en el cual dos o varias personas transmiten sus pensamientos y sentimientos. Pero, sin duda alguna, comunicar es mucho más que hablar, ya que la comunicación está compuesta por la comunicación verbal (35%), que es todo aquello que decimos a través de la palabras, y la comunicación no verbal (65%), lo que podemos ver con nuestros ojos. Ésta última se refiere a todo aquello que podemos expresar mediante los gestos, el tono y el ritmo de la voz, la expresión facial, la mirada, la posición del cuerpo y la vestimenta.

De esta manera, la comunicación no verbal nos puede decir mucho más de la persona que tenemos delante, sin embargo, cuando nos comunicamos prestamos mucha más atención a las palabras. El lenguaje no verbal está presente desde que nacemos (antes del lenguaje verbal), es la única manera que los padres tienen para poder comunicarse con sus hijos  hasta que  éstos, con el paso del tiempo, adquieren el lenguaje hablado. Y es que, el lenguaje verbal no se puede entender sin el lenguaje no verbal, pero como hay demasiada información visual externa nuestro cerebro selecciona y filtra cierta información porque la mayoría de las veces no podemos atender a todas las señales de nuestro alrededor, y de manera inconsciente omitimos información. En definitiva, es mucho más fácil entender las palabras que entender las señales no verbales, pero si lográramos éstas útimas,  nuestras vidas sin duda serían mucho fáciles, en el sentido de que podríamos conocer mejor a las personas con las que interactuamos, comprender las diferentes situaciones de la vida cotidiana y actuar de manera más adecuada.

En el contexto de la familia, los padres para crear un vínculo sincero y cercano con sus hijos tendrían que enseñar a éstos a comunicarse de manera efectiva,  convirtiéndose en un modelo a seguir por estos jóvenes.  Habría que señalar la importancia de que los padres deberían de ser los primeros en transmitir comprensión y seguridad. En primer lugar, éstos deberían de escuchar a sus hijos, sin interrumpir, y utilizando señales no verbales como mantener la mirada, asentir con la cabeza e incluso repetir parte de las ideas que sus hijos puedan expresar (por ej: si no he entendido mal…) para que éstos sean conscientes que les están escuchando activamente e intentando comprenderles.

 Por otro lado, si los padres no están de acuerdo con algo éstos deberían de hablar desde el yo, es decir expresar cómo se sienten en una situación determinada sin echar la culpa a sus hijos. Por ejemplo, “me siento triste cuando hay discusiones en casa” en vez de decir “siempre estás discutiendo con tu hermano”. El hecho de culpabilizar o criticar al otro puede proporcionar inseguridad y distanciamiento, y por lo tanto, puede llegar el momento en que los hijos no se sientan cómodos hablando con sus padres. También es realmente importante que transmitan serenidad utilizando un tono de voz suave, un ritmo moderado y unos gestos abiertos (sin protegerse el cuerpo, como por ejemplo cruzar los brazos, etc.). Por último, los padres deberían de crear momentos agradables donde poder compartir cosas con sus hijos, y también donde éstos puedan ver de sus padres una sonrisa, sentir un abrazo, notar una caricia, en otras palabras, sentir el apoyo y el afecto de sus padres.

Para finalizar, sería muy interesante que los padres pudieran entender un poco mejor el lenguaje no verbal de sus hijos y pudieran descifrar algunas de las señales no verbales, ya que de ésta manera podrían intuir si les sucede algo y podrían intervenir de alguna manera  para ayudarles. A continuación, mencionaré algunas de las más frecuentes:

-Bajar la cabeza y apretar los labios significa que la persona se siente culpable frente a una situación.

- Las pupilas dilatadas se dará cuando algo nos interesa o estamos entusiasmados, en cambio, las pupilas contraídas, es sinónimo de enfado o actitud negativa.

- La cantidad de tiempo que miramos también es relevante. Si una persona no es honesta no podrá mantener la mirada mucho tiempo, desviará la mirada y si mantiene la mirada clara y durante un período de tiempo prolongada está siendo sincera.

- Mostrar las palmos de las manos también indicaría honestidad, por otro lado, si no muestra las manos quiere decir que la persona está nerviosa o oculta algo.

- Si la persona que nos está escuchando pone el dedo en la boca significa que se está guardando información, quizás le gustaría expresar su opinión pero no puede hacerlo, o tiene una opinión diferente a la que está escuchando.

- Tocarse la nariz al hablar o frotarse los ojos también indica mentira.

- Encogerse de hombros significa que la persona que está escuchando no entiende lo que el otro dice.

- Apoyar la barbilla sobre la palma de la mano es señal de aburrimiento, pero si muestra el rostro con el puño en la barbilla es señal de que está escuchando.

- Apoyar la mano con un dedo sobre la sien muestra interés por parte de la persona que escucha, y si pone el dedo sobre la mejilla expresa un alto interés.

- Si la persona cruza los brazos podríamos decir que tiene una actitud defensiva o intenta protegerse.

- Poner las manos detrás de la cabeza, en posición sentado, es un signo de seguridad y confianza en uno mismo.

Una de las preocupaciones de todos los padres es que sus hijos tengan confianza en ellos y les cuenten todo lo que les sucede de manera abierta y que por lo tanto, no recurran a la mentira. Analizando las señales no verbales descritas más arriba podemos ver algunas que pueden significar que la persona está mintiendo, pero hay muchas otras que aquí no he descrito. Si os interesa este tema, recomiendo que veáis el siguiente vídeo donde una psicóloga habla como detectar la mentira a través de la voz:


(En esta página también podéis encontrar otros vídeos muy interesantes sobre el lenguaje no verbal).


Teniendo en cuenta todas las señales no verbales descritas en este artículo y que aparecen en el vídeo anterior, podemos hacernos una idea de cuán extenso es el campo de la comunicación no verbal,  lo complejo que es la comunicación humana y de lo poco que sabemos y que hay aún por descubrir.

Espero que os haya gustado el artículo y si os interesa que hablemos de algún tema en particular dentro de la comunicación no verbal no dudéis en poneros en contacto con nosotras. Esperamos vuestras propuestas.


martes, 18 de junio de 2013

Combatir la ansiedad

La ansiedad es uno de los trastornos más extendido en la sociedad occidental, cada vez hay más gente que la padece. El ritmo de vida actual, los malos hábitos alimentarios y de sueño, el tipo de personalidad ( Leer artículo Ansiedad-y-personalidad), la situación económica,  un acontecimiento estresante (por ej: pérdida de empleo o pérdida de un ser querido) podrían aumentar la probabilidad de presentar ansiedad. También  es muy probable que si los padres tengan ansiedad los hijos puedan presentar este trastorno, y las mujeres tienen el doble de riesgo de padecerla comparado con los hombres.
Pero, también es verdad que hoy en día se hace un mal uso de este término. Entonces, ¿cómo podemos saber si padecemos ansiedad? Primero de todo, se tiene que distinguir el estado de ansiedad que podemos  experimentar todos ante cualquier acontecimiento como puede ser un examen, o un evento estresante,  y que es debido a una causa justificada y en un momento puntual,  y la persona sabe por qué está nerviosa. Este grado de ansiedad es necesario para el individuo para hacer frente a las situaciones de la vida cotidiana y permite mejorar el rendimiento de las actividades diarias. En cambio, la persona que tiene ansiedad patológica experimenta miedo, desasosiego y preocupación excesiva y es considerado un problema ya que interfiere en todos los aspectos de su vida (familiar, social, laboral, etc.) y puede afectar a su salud. Hay muchos tipos de ansiedad, y a continuación, hablaremos de algunos de ellos: se puede dar que la persona no sepa por qué le ocurre (y habría que indagar en la causa), puede ser desencadenada por un estímulo ambiental (por ej. perro), por una situación determinada (por ej, conducir), o también después de un acontecimiento estresante para la persona (trastorno estrés postraumático), o por último, porque la persona experimenta miedo a los lugares donde no puede recibir ayuda, por temor a sufrir crisis de pánico (agorafobia).

Las personas que tienen ansiedad suelen padecer crisis inesperadas y repentinas  con  síntomas como: aprensión, hiperventilación, falta de aire, palpitaciones, opresión o malestar torácico, miedo a volverse loco o a perder el control, molestias abdominales, náuseas, inestabilidad o mareo, etc. Antes de poder tratar este trastorno, las personas deben de reconocer que tienen un problema y también desear que alguien les ayude. En psicología, existen diferentes técnicas para tratar la ansiedad:

-         Técnicas de relajación: A través de la respiración abdominal se puede llegar a controlar nuestro estado emocional y calmar la ansiedad. También se preparan relaciones guiadas para disminuir la ansiedad.
(Ver siguiente vídeo)


                                                


-     Técnicas cognitivo-conductuales: Son técnicas que pretenden modificar pensamientos negativos y repetitivos por otros pensamientos más positivos, además de cambiar conductas que no ayudan al sujeto a superar la ansiedad (como por ejemplo, la evitación, las personas que padecen ansiedad evitan ciertas situaciones). También existen las técnicas de entrenamiento en habilidades, como enseñar a la persona asertividad (la persona aprende a defender sus puntos de vista y expresar sus opiniones sin herir o perjudicar a otros) o habilidades como la solución de problemas y la toma de decisiones .

Además, también pueden ayudar tratamientos naturales como la acupuntura, y también la dieta, lo que come la persona incide en su estado de ánimo. Ingerir alimentos ricos en magnesio, como por ejemplo, los frutos secos, las legumbres, productos integrales, y verduras como espinacas y acelgas fortalece los nervios y calma la ansiedad. Y por último la práctica regular de actividad física moderada (caminar, correr, nadar, yoga, etc.) es muy recomendada.

Para más información sobre la ansiedad, podéis ver el siguiente documental:




lunes, 6 de mayo de 2013

Creatividad...¿dónde estás?

Vivimos inmersos en un mundo automatizado en muchos aspectos. 
Nuestra forma de educar es de forma igualitaria para cada alumno, y evalúa bajos los mismos parámetros, nos enseña que hay una respuesta correcta e incorrecta para las cosas.
Nuestra forma de hablar, actuar, comportarnos e incluso de vestir sigue unas normas culturales....¿dónde queda, entonces, la creatividad, en este punto?.

Es cierto que cuando somos niños la capacidad de aprender cosas nuevas es mayor, pero el tipo de vida que llevamos está regida por estrictos horarios y es cada vez más pasiva, que no quiere decir con menor actividad. Esto es, cada vez con más número de empleos y menos tiempo de ocio, invertido de cara a un pantalla, ya sea a ordenador o móvil, es decir, ceñida a programas informáticos y a otro tipo de máquinas, en los que no se requiere mucho del intelecto o de la inteligencia creativa. En lugar de que las máquinas se parezcan a los seres humanos, parece que ocurre a la inversa: los seres humanos nos parecemos más ellas.

A pesar de que cada vez se estudia o se lee más, se hace de forma más rápida y menos comprehendida.
Aunque la vida nos resulte mucho más sencilla que a nuestros antepasados, se vive en un estado de ansiedad tan poco adaptativo, que a nivel orgánico se genera un nivel tan elevado de corticoide como si nuestra vida estuviera en peligro de forma continua. ¿Hasta qué punto el ser humano ha evolucionado, entonces?; ¿podríamos hablar de involución?. Quizás podemos hablar de revolución tecnológica, ¿pero, humana?
Y qué decir, entonces, si nos dejaran libres, por ejemplo, en otro planeta, ¿seríamos capaces de improvisar y de buscar recursos antes insospechados?. En este caso, dado que de ello dependería nuestra propia vida, es probable que la mayoría de nosotros más tarde o más temprano tendría que cambiar de forma forzada a ver las cosas de otra manera, extrayendo sus mejores habilidades y finalmente intentar disfrutar de ellas en lo que le quedara de existencia ...de esta manera podría definirse la creatividad....y no sólo la persona que pueda producir ideas o comportamientos originales, sino que también éstos sean adaptativos.

La mayoría de los seres humanos deseamos ser parecidos al resto, ya que eso nos hace encajar dentro de la normalidad, con lo cual la creatividad y la psicopatología se han relacionado de forma frecuente. Esto no debe alejarnos de nuestro propio "yo" e intentar explorar quién somos, nuestras habilidades y recursos para ser felices.
La creatividad, no sólo es un don heredado genéticamente sino que puede aprenderse y desarrollarse.
Gracias a la imaginación podemos crear nuestro presente, predecir el futuro, ponernos "en la piel" de otra persona. Todos tenemos esa maravillosa capacidad, pero hay que aprender a explotarla.

- En primer lugar, debemos descubrir y buscar aquello que nos motiva y nos gusta.
- En segundo lugar, debemos arriesgarnos y lanzarnos a probarlo y empezar a hacer aquello que nos gusta.
- En tercer lugar, como un científico, hay que seguir nuestras hipótesis, y si no son las correctas, refutarlas y seguir con otras que nos permitan poco a poco acercarnos a la mejoría, y a la habilidad.

A continuación os dejo un vídeo sobre la creatividad, que os permita inspiraros a cada uno y reflexionar sobre vuestro propio camino...








 ¿Realmente disfrutamos de la vida? ¿Somos felices?

El ritmo de la vida actual es demasiado acelerado, siempre estamos pendientes del reloj, de todas las tareas que debemos de hacer (y si no tenemos suficientes, nos imponemos más y más…), vivimos para trabajar y nos perdemos la esencia de las cosas, hacemos todo rápido, la mente siempre está funcionando (un pensamiento detrás de otro, sin descanso). Nuestra cultura nos ha inculcado el miedo de perder el tiempo, pero ¿no será que estamos desperdiciando nuestra vida?, ¿realmente vale la pena vivir así?
Tendríamos que desacelerar, saborear más la vida y todo lo que tenemos a nuestro alrededor, relajarnos y, simplemente VIVIR.

Si nos fijamos en los niños, o si recordamos cuando éramos pequeños, ellos no tienen este concepto de velocidad en sus vidas, sólo lo tenemos los adultos. Esto quiere decir que, por naturaleza, los seres humanos no somos así, sino que es la sociedad que nos impone este ritmo, y nosotros creemos que tenemos que estar siempre ocupados y así seremos más felices y nos sentiremos más realizados. Pero, si lo analizamos, realmente haciendo tantas cosas en un día no podemos disfrutar ni de la mitad de ellas, es imposible. ¿No os ha pasado que mientras estáis realizando una tarea, pensáis en la siguiente que tenéis que hacer?. Seguramente, debido a este estrés que padecemos a diario cada vez hay más personas con trastornos como la ansiedad, depresión, entre otros. Y es que vivir de este modo, repercute en nuestra salud de manera negativa, y no debemos de olvidar que ante todo somos humanos, no “máquinas”.  (Ver siguiente vídeo sobre el estrés)




Existe una nueva filosofía de vida “LA VIDA LENTA”, que apuesta por ser más conscientes y estar más presentes en nuestras vidas, valorando todo aquello que realmente es importante y, a veces, dejamos de lado. Hace hincapié en la calidad del uso del tiempo y en la lentitud. La lentitud es una manera de entender la vida, que se traduce a vivir más intensamente, disfrutar de cada instante y hacerlo inolvidable, nutrirse de experiencias, aprender, hacer lo que se desea y vivir una vida con sentido. Hay muchas cosas que podríamos modificar en nuestras acciones diarias y de esta manera, mejoraríamos nuestra calidad de vida y por consiguiente, seríamos más felices. Por ejemplo, algunas de ellas podrían ser las siguientes:

1. En nuestra agenda diaria a veces ponemos más tareas de las que realmente podemos hacer, y algunas de ellas las podríamos postergar. Habría que priorizar y hacer lo que es realmente importante para hoy. "Es mejor hacer menos, pero mejor".

2. Cuando estemos con nuestros seres queridos, tanto familiares como amigos, disfrutar de su compañía sin que el móvil o el ordenador, u otro estímulo estén presentes, y así tendríamos relaciones más sanas y sinceras. Tenemos que ser conscientes que las personas que nos acompañan son muy importantes en nuestras vidas, y hay que dedicarles tiempo y atención.

3. Comer y beber despacio, hay que tomarse un tiempo para alimentarse sin prisas, ya que comer mal puede afectar a nuestra salud.

4. Buscar momentos para estar a solas con uno mismo, en silencio, cada día. Todas las personas necesitamos este espacio para reflexionar, escucharnos, tomar decisiones, saber qué metas queremos conseguir en nuestras vidas, para desconectar, etc. Es muy necesario y positivo ya que con ello logramos un equilibrio y bienestar emocional, aumenta nuestra autoestima y también nos ayuda a conocernos.

5. Hacer ejercicio, pasear, ir a la montaña, contemplar la naturaleza, viajar, escuchar música, leer, cantar, bailar, reír, etc. En definitiva, hacer actividades que nos hagan sentir bien y nos aporten tranquilidad y paz interior.



martes, 23 de abril de 2013

El vaso: ¿medio vacío o medio lleno?



Ya desde la época de Platón, con el mito de la caverna, se planteaba si aquello que “veían” los seres humanos era o no la realidad, o “las sombras de la caverna”, es decir un efecto ilusorio de la realidad objetiva.

En la visión, o la forma de ver las cosas está implicada la percepción, que es un proceso complejo, ya que no sólo interviene el órgano de la vista sino que está implicado el cerebro de forma importante. En dicho proceso intervienen varios factores como la personalidad, el estado de ánimo, la memoria de acontecimientos vividos, y nuestras creencias, entre otras, influenciadas por otros factores  externos como la cultura y  el ambiente social.

Ya que hemos citado la personalidad, cabe decir aquí que existe  una parte genética, o una tendencia temperamental de algunos a ser más optimista, o  a ver la parte positiva de las cosas y de otros a ver la parte negativa o, nunca mejor dicho: de “ahogarse en un vaso de agua”.

Recuerdo una escena de la película “Antes del atardecer” (película muy recomendable para los románticos empedernidos) en la que los protagonistas mantenían un diálogo y en el que se comentaba que, incluso si a uno de nosotros nos tocara la lotería, pasado el momento de euforia inicial el estado de ánimo volvería a ser el mismo que el habitual. Es decir, que al margen de las circunstancias que nos envuelven, nuestro temperamento marca una tendencia básica de comportamiento y actitud ante la vida.

Por otro lado, existe una parte biológica, fundamental para la supervivencia del ser humano, a través de la cual nos ha sido adaptativo plantearnos los aspectos negativos o consecuencias negativas de una situación para poder prevenir o estar preparado frente a situaciones adversas.

Y qué decir de nuestras creencias, fundamentadas por nuestra cultura, la cual ha permitido la transmisión de conocimientos entre generaciones, pero también de ideas erróneas o poco adaptativas como que existe una solución perfecta para cada problema, que el mundo debería ser justo, que para considerarnos válido, debemos ser útiles, competentes y conseguir todo lo que nos propongamos, etc., y  que tanta perturbación nos provocan en nuestra vida…
Afortunadamente, nuestra inteligencia y nuestro cerebro sirven  mucho más que para eso, y nos permiten “salir de nosotros mismos” y ser conscientes de que dejarnos llevar por nuestros pensamientos no siempre es correcto, y debemos dudar de ellos. Además, si estos pensamientos son negativos podemos entrar en una espiral destructiva nada aconsejable, que muy probablemente nos hará sentir muy infelices en todos los ámbitos de nuestra vida.

Es por eso, que una vez nos encontramos en este punto es importante proponernos ciertas acciones que nos alejarán de esa espiral y nos permitirán acercarnos más a la felicidad. Se trata de acciones muy sencillas pero que requieren que tomemos en serio nuestra felicidad y nuestra vida, es decir, PONER EN PRIMER LUGAR NUESTRO BIENESTAR. Sobre todo, olvidarse de que eso es una forma de egoísmo, ya que para poder hacer feliz a los demás debemos estar felices con nosotros mismos.

A continuación os dejo una serie de ejercicios que os pueden ayudar  a trabajar con vuestro diálogo interno:

  •  Leerse frases positivas en voz alta de forma convincente para poder mejorar nuestra autoestima. Puede ayudaros un amigo/a  crear estas frases, que indiquen vuestra cualidades, por ejemplo.
  •  Intentar bloquear el pensamiento cuando surjan pensamientos negativos como diciéndose la palabra “cancelar, “cancelar”, o imaginando una escena que os produzca bienestar.
  •  Crear un guion o una historia  positiva y motivadora de tu vida: imaginando que cumplís vuestras metas y objetivos
  •  Rodearse de gente positiva, que contribuya a crear situaciones gratificantes en la vida y no lo contrario.
  •  Focalizar los buenos momentos de tu vida, pensando en las buenas experiencias que habéis disfrutado durante vuestra existencia, centrándoos en anécdotas positivas.
  • Enfrentándoos a vuestros miedos, con coraje y valentía, os ayudará a proponernos nuevos retos que os permitan evolucionar y mejorar cada día. Este hecho permite darse cuenta que las cosas no siempre son tan difíciles como parecen y mejorará vuestra  autoestima. 
  • Y para los más curiosos, existe la técnica Psyck- K que permite eliminar los pensamientos irracionales o cambiar nuestras creencias subconscientes y que nos crean bloqueos en nuestra vida. Para más información, clika aquí: 


 Para finalizar, os dejo unas cuantas viñetas de humor, ¡porque la vida hay que tomársela con optimismo!