martes, 23 de abril de 2013

El vaso: ¿medio vacío o medio lleno?



Ya desde la época de Platón, con el mito de la caverna, se planteaba si aquello que “veían” los seres humanos era o no la realidad, o “las sombras de la caverna”, es decir un efecto ilusorio de la realidad objetiva.

En la visión, o la forma de ver las cosas está implicada la percepción, que es un proceso complejo, ya que no sólo interviene el órgano de la vista sino que está implicado el cerebro de forma importante. En dicho proceso intervienen varios factores como la personalidad, el estado de ánimo, la memoria de acontecimientos vividos, y nuestras creencias, entre otras, influenciadas por otros factores  externos como la cultura y  el ambiente social.

Ya que hemos citado la personalidad, cabe decir aquí que existe  una parte genética, o una tendencia temperamental de algunos a ser más optimista, o  a ver la parte positiva de las cosas y de otros a ver la parte negativa o, nunca mejor dicho: de “ahogarse en un vaso de agua”.

Recuerdo una escena de la película “Antes del atardecer” (película muy recomendable para los románticos empedernidos) en la que los protagonistas mantenían un diálogo y en el que se comentaba que, incluso si a uno de nosotros nos tocara la lotería, pasado el momento de euforia inicial el estado de ánimo volvería a ser el mismo que el habitual. Es decir, que al margen de las circunstancias que nos envuelven, nuestro temperamento marca una tendencia básica de comportamiento y actitud ante la vida.

Por otro lado, existe una parte biológica, fundamental para la supervivencia del ser humano, a través de la cual nos ha sido adaptativo plantearnos los aspectos negativos o consecuencias negativas de una situación para poder prevenir o estar preparado frente a situaciones adversas.

Y qué decir de nuestras creencias, fundamentadas por nuestra cultura, la cual ha permitido la transmisión de conocimientos entre generaciones, pero también de ideas erróneas o poco adaptativas como que existe una solución perfecta para cada problema, que el mundo debería ser justo, que para considerarnos válido, debemos ser útiles, competentes y conseguir todo lo que nos propongamos, etc., y  que tanta perturbación nos provocan en nuestra vida…
Afortunadamente, nuestra inteligencia y nuestro cerebro sirven  mucho más que para eso, y nos permiten “salir de nosotros mismos” y ser conscientes de que dejarnos llevar por nuestros pensamientos no siempre es correcto, y debemos dudar de ellos. Además, si estos pensamientos son negativos podemos entrar en una espiral destructiva nada aconsejable, que muy probablemente nos hará sentir muy infelices en todos los ámbitos de nuestra vida.

Es por eso, que una vez nos encontramos en este punto es importante proponernos ciertas acciones que nos alejarán de esa espiral y nos permitirán acercarnos más a la felicidad. Se trata de acciones muy sencillas pero que requieren que tomemos en serio nuestra felicidad y nuestra vida, es decir, PONER EN PRIMER LUGAR NUESTRO BIENESTAR. Sobre todo, olvidarse de que eso es una forma de egoísmo, ya que para poder hacer feliz a los demás debemos estar felices con nosotros mismos.

A continuación os dejo una serie de ejercicios que os pueden ayudar  a trabajar con vuestro diálogo interno:

  •  Leerse frases positivas en voz alta de forma convincente para poder mejorar nuestra autoestima. Puede ayudaros un amigo/a  crear estas frases, que indiquen vuestra cualidades, por ejemplo.
  •  Intentar bloquear el pensamiento cuando surjan pensamientos negativos como diciéndose la palabra “cancelar, “cancelar”, o imaginando una escena que os produzca bienestar.
  •  Crear un guion o una historia  positiva y motivadora de tu vida: imaginando que cumplís vuestras metas y objetivos
  •  Rodearse de gente positiva, que contribuya a crear situaciones gratificantes en la vida y no lo contrario.
  •  Focalizar los buenos momentos de tu vida, pensando en las buenas experiencias que habéis disfrutado durante vuestra existencia, centrándoos en anécdotas positivas.
  • Enfrentándoos a vuestros miedos, con coraje y valentía, os ayudará a proponernos nuevos retos que os permitan evolucionar y mejorar cada día. Este hecho permite darse cuenta que las cosas no siempre son tan difíciles como parecen y mejorará vuestra  autoestima. 
  • Y para los más curiosos, existe la técnica Psyck- K que permite eliminar los pensamientos irracionales o cambiar nuestras creencias subconscientes y que nos crean bloqueos en nuestra vida. Para más información, clika aquí: 


 Para finalizar, os dejo unas cuantas viñetas de humor, ¡porque la vida hay que tomársela con optimismo!




viernes, 19 de abril de 2013

¿Qué es la motivación? ¿Cómo podemos motivarnos?


La motivación es la fuerza interior que nos impulsa a hacer algo. Una vez hemos conseguido aquello que deseábamos, nos sentimos satisfechos y felices con nosotros mismos y además nos aporta seguridad para poder realizar todo aquello que nos propongamos de ahora en adelante. Pero, ¿qué pasa cuando aquello que anhelábamos conseguir no lo logramos? Pues, por ejemplo, podemos sentir una profunda tristeza e incluso frustración, ya que podemos llegar a creer que no somos capaces de lograr nuestros objetivos. Sin embargo, el hecho de no conseguir algo también puede ser positivo para nosotros, todo depende de cómo lo miremos. De esta manera, ésta puede ser una buena oportunidad para aprender más de nosotros mismos, analizar nuestros errores y corregirlos, y que no hayamos conseguido algo una primera, una segunda o una tercera vez… no significa que no lo podamos conseguir en un futuro.  Y es que, la vida consiste en superar obstáculos, hacer frente a adversidades e intentar mejorar todo lo que esté en nuestras manos. Por lo tanto, debemos aceptar nuestros fracasos y pensar que muchas veces no saldrán las cosas como las habíamos previsto, pero aún así siempre podemos mejorar si nos lo proponemos: “sólo nosotros mismos podemos cambiar nuestra realidad”.

¿Qué nos impide realizar nuestros sueños? Hay muchos factores que pueden intervenir, pero los más generales son: el miedo a equivocarse, el miedo al cambio, el miedo al rechazo social (o al que dirán los demás), la inseguridad o falta de confianza en uno mismo y la excesiva preocupación por el futuro (que anula nuestra conducta y hace que malgastemos nuestro tiempo pensando demasiado). También, muchas veces nos encontramos en una situación de confort, donde nos cuesta hacer cambios en nuestra vida; es mucho más cómodo quedarse en el lugar en el que nos encontramos que hacer algo diferente que requiera un esfuerzo de nuestra parte.
De este modo, si estamos buscando sentirnos más motivados, nosotros tenemos que estar dispuestos a cambiar, la motivación no vendrá a nosotros sin hacer nada. Para aumentar la motivación, podemos seguir los siguientes pasos en nuestro día a día:
Primero de todo, tendremos que decidir qué es lo que queremos conseguir en nuestras vidas, conocernos un poco más a nosotros mismos y ver qué nos hace felices y hacer lo que nos apasione de verdad. Si tenemos uno o varios motivos poderosos por los que valga la pena luchar,  eso será suficiente para llegar a nuestra meta.
También, tendremos que aprender a controlar nuestro estado emocional, ya que habrá días en los que nos sentiremos felices, y días que estaremos tristes. Una de las técnicas más efectivas para controlar las emociones es la relajación, y basta con aprender a relajarse a través de la respiración, siendo consciente de cada inspiración y expiración, llevando a cabo la respiración con el diafragma (hinchando la barriga cada vez que inspiremos y desinflando la barriga cada vez que expiremos). Basta con aplicar este método 20 minutos cada día en una postura cómoda (se recomienda sentado en una silla con la espalda recta, con la cabeza ligeramente inclinada hacia abajo y apoyando las manos sobre las rodillas) y en un ambiente tranquilo, donde no haya ningún tipo de ruidos. Otra variable a tener en cuenta que influye en nuestras emociones es lo que nos decimos a nosotros mismos y a los demás sobre lo que nos pasa, así que hay que intentar centrarnos más en los hechos positivos de nuestra vida, más que en los hechos negativos. Es decir, la actitud que tengamos frente a nuestra realidad es muy importante, si pensamos en positivo, y hablamos de las cosas buenas que nos suceden, atraeremos lo positivo a nuestras vidas, en cambio, si siempre nos estamos quejando o viendo lo peor en lo que nos acontece,  atraeremos cosas más negativas.
Otra de las tareas que podemos realizar es llevar a cabo un plan de futuro, pensar qué queremos en nuestro futuro y hacer un plan con las diferentes tareas para poder conseguirlo. Además, es muy importante visualizar que conseguimos esto que deseamos.
Por último, hay que aprender a motivarse cada día. La motivación es algo que hay que alimentar, requiere un esfuerzo constante de nuestra parte para poder conseguir nuestros sueños. Tenemos que esforzarnos por dar lo mejor de nosotros mismos, creer en nuestras capacidades (no importa lo que digan los demás) y pensar que todo aquello que nos propongamos lo podemos conseguir con fuerza de voluntad y entusiasmo. Y, cuando hayamos conseguido nuestros objetivos, siempre hay que ponerse otros nuevos.

A continuación, tenéis un par de vídeos muy interesantes sobre la motivación, el primero es un cuento de Jorge Bucay y el segundo es una entrevista a un profesional del coaching. Espero que os gusten.