lunes, 6 de mayo de 2013

Creatividad...¿dónde estás?

Vivimos inmersos en un mundo automatizado en muchos aspectos. 
Nuestra forma de educar es de forma igualitaria para cada alumno, y evalúa bajos los mismos parámetros, nos enseña que hay una respuesta correcta e incorrecta para las cosas.
Nuestra forma de hablar, actuar, comportarnos e incluso de vestir sigue unas normas culturales....¿dónde queda, entonces, la creatividad, en este punto?.

Es cierto que cuando somos niños la capacidad de aprender cosas nuevas es mayor, pero el tipo de vida que llevamos está regida por estrictos horarios y es cada vez más pasiva, que no quiere decir con menor actividad. Esto es, cada vez con más número de empleos y menos tiempo de ocio, invertido de cara a un pantalla, ya sea a ordenador o móvil, es decir, ceñida a programas informáticos y a otro tipo de máquinas, en los que no se requiere mucho del intelecto o de la inteligencia creativa. En lugar de que las máquinas se parezcan a los seres humanos, parece que ocurre a la inversa: los seres humanos nos parecemos más ellas.

A pesar de que cada vez se estudia o se lee más, se hace de forma más rápida y menos comprehendida.
Aunque la vida nos resulte mucho más sencilla que a nuestros antepasados, se vive en un estado de ansiedad tan poco adaptativo, que a nivel orgánico se genera un nivel tan elevado de corticoide como si nuestra vida estuviera en peligro de forma continua. ¿Hasta qué punto el ser humano ha evolucionado, entonces?; ¿podríamos hablar de involución?. Quizás podemos hablar de revolución tecnológica, ¿pero, humana?
Y qué decir, entonces, si nos dejaran libres, por ejemplo, en otro planeta, ¿seríamos capaces de improvisar y de buscar recursos antes insospechados?. En este caso, dado que de ello dependería nuestra propia vida, es probable que la mayoría de nosotros más tarde o más temprano tendría que cambiar de forma forzada a ver las cosas de otra manera, extrayendo sus mejores habilidades y finalmente intentar disfrutar de ellas en lo que le quedara de existencia ...de esta manera podría definirse la creatividad....y no sólo la persona que pueda producir ideas o comportamientos originales, sino que también éstos sean adaptativos.

La mayoría de los seres humanos deseamos ser parecidos al resto, ya que eso nos hace encajar dentro de la normalidad, con lo cual la creatividad y la psicopatología se han relacionado de forma frecuente. Esto no debe alejarnos de nuestro propio "yo" e intentar explorar quién somos, nuestras habilidades y recursos para ser felices.
La creatividad, no sólo es un don heredado genéticamente sino que puede aprenderse y desarrollarse.
Gracias a la imaginación podemos crear nuestro presente, predecir el futuro, ponernos "en la piel" de otra persona. Todos tenemos esa maravillosa capacidad, pero hay que aprender a explotarla.

- En primer lugar, debemos descubrir y buscar aquello que nos motiva y nos gusta.
- En segundo lugar, debemos arriesgarnos y lanzarnos a probarlo y empezar a hacer aquello que nos gusta.
- En tercer lugar, como un científico, hay que seguir nuestras hipótesis, y si no son las correctas, refutarlas y seguir con otras que nos permitan poco a poco acercarnos a la mejoría, y a la habilidad.

A continuación os dejo un vídeo sobre la creatividad, que os permita inspiraros a cada uno y reflexionar sobre vuestro propio camino...








 ¿Realmente disfrutamos de la vida? ¿Somos felices?

El ritmo de la vida actual es demasiado acelerado, siempre estamos pendientes del reloj, de todas las tareas que debemos de hacer (y si no tenemos suficientes, nos imponemos más y más…), vivimos para trabajar y nos perdemos la esencia de las cosas, hacemos todo rápido, la mente siempre está funcionando (un pensamiento detrás de otro, sin descanso). Nuestra cultura nos ha inculcado el miedo de perder el tiempo, pero ¿no será que estamos desperdiciando nuestra vida?, ¿realmente vale la pena vivir así?
Tendríamos que desacelerar, saborear más la vida y todo lo que tenemos a nuestro alrededor, relajarnos y, simplemente VIVIR.

Si nos fijamos en los niños, o si recordamos cuando éramos pequeños, ellos no tienen este concepto de velocidad en sus vidas, sólo lo tenemos los adultos. Esto quiere decir que, por naturaleza, los seres humanos no somos así, sino que es la sociedad que nos impone este ritmo, y nosotros creemos que tenemos que estar siempre ocupados y así seremos más felices y nos sentiremos más realizados. Pero, si lo analizamos, realmente haciendo tantas cosas en un día no podemos disfrutar ni de la mitad de ellas, es imposible. ¿No os ha pasado que mientras estáis realizando una tarea, pensáis en la siguiente que tenéis que hacer?. Seguramente, debido a este estrés que padecemos a diario cada vez hay más personas con trastornos como la ansiedad, depresión, entre otros. Y es que vivir de este modo, repercute en nuestra salud de manera negativa, y no debemos de olvidar que ante todo somos humanos, no “máquinas”.  (Ver siguiente vídeo sobre el estrés)




Existe una nueva filosofía de vida “LA VIDA LENTA”, que apuesta por ser más conscientes y estar más presentes en nuestras vidas, valorando todo aquello que realmente es importante y, a veces, dejamos de lado. Hace hincapié en la calidad del uso del tiempo y en la lentitud. La lentitud es una manera de entender la vida, que se traduce a vivir más intensamente, disfrutar de cada instante y hacerlo inolvidable, nutrirse de experiencias, aprender, hacer lo que se desea y vivir una vida con sentido. Hay muchas cosas que podríamos modificar en nuestras acciones diarias y de esta manera, mejoraríamos nuestra calidad de vida y por consiguiente, seríamos más felices. Por ejemplo, algunas de ellas podrían ser las siguientes:

1. En nuestra agenda diaria a veces ponemos más tareas de las que realmente podemos hacer, y algunas de ellas las podríamos postergar. Habría que priorizar y hacer lo que es realmente importante para hoy. "Es mejor hacer menos, pero mejor".

2. Cuando estemos con nuestros seres queridos, tanto familiares como amigos, disfrutar de su compañía sin que el móvil o el ordenador, u otro estímulo estén presentes, y así tendríamos relaciones más sanas y sinceras. Tenemos que ser conscientes que las personas que nos acompañan son muy importantes en nuestras vidas, y hay que dedicarles tiempo y atención.

3. Comer y beber despacio, hay que tomarse un tiempo para alimentarse sin prisas, ya que comer mal puede afectar a nuestra salud.

4. Buscar momentos para estar a solas con uno mismo, en silencio, cada día. Todas las personas necesitamos este espacio para reflexionar, escucharnos, tomar decisiones, saber qué metas queremos conseguir en nuestras vidas, para desconectar, etc. Es muy necesario y positivo ya que con ello logramos un equilibrio y bienestar emocional, aumenta nuestra autoestima y también nos ayuda a conocernos.

5. Hacer ejercicio, pasear, ir a la montaña, contemplar la naturaleza, viajar, escuchar música, leer, cantar, bailar, reír, etc. En definitiva, hacer actividades que nos hagan sentir bien y nos aporten tranquilidad y paz interior.