La motivación es la fuerza interior que nos impulsa a hacer algo. Una
vez hemos conseguido aquello que deseábamos, nos sentimos satisfechos y
felices con nosotros mismos y además nos aporta seguridad para poder realizar
todo aquello que nos propongamos de ahora en adelante. Pero, ¿qué pasa cuando
aquello que anhelábamos conseguir no lo logramos? Pues, por ejemplo, podemos
sentir una profunda tristeza e incluso frustración, ya que podemos llegar a
creer que no somos capaces de lograr nuestros objetivos. Sin embargo, el hecho
de no conseguir algo también puede ser positivo para nosotros, todo depende de
cómo lo miremos. De esta manera, ésta puede ser una buena oportunidad para aprender más de nosotros mismos, analizar nuestros
errores y corregirlos, y que no hayamos conseguido algo una primera, una
segunda o una tercera vez… no significa que no lo podamos conseguir en un
futuro. Y es que, la vida consiste en
superar obstáculos, hacer frente a adversidades e intentar mejorar todo lo que
esté en nuestras manos. Por lo tanto, debemos aceptar nuestros fracasos y pensar que muchas veces no
saldrán las cosas como las habíamos previsto, pero aún así siempre podemos
mejorar si nos lo proponemos: “sólo
nosotros mismos podemos cambiar nuestra realidad”.
¿Qué nos impide realizar nuestros sueños? Hay muchos factores que
pueden intervenir, pero los más generales son: el miedo a equivocarse, el miedo al cambio, el miedo al rechazo
social (o al que dirán los demás), la inseguridad
o falta de confianza en uno mismo y la excesiva preocupación por el futuro (que anula nuestra conducta y
hace que malgastemos nuestro tiempo pensando demasiado). También, muchas veces
nos encontramos en una situación de
confort, donde nos cuesta hacer cambios en nuestra vida; es mucho más
cómodo quedarse en el lugar en el que nos encontramos que hacer algo diferente
que requiera un esfuerzo de nuestra parte.
De este modo, si estamos buscando sentirnos más motivados, nosotros
tenemos que estar dispuestos a cambiar, la motivación no vendrá a nosotros sin
hacer nada. Para aumentar la motivación, podemos seguir los siguientes pasos en nuestro día a día:
Primero de todo, tendremos que decidir
qué es lo que queremos conseguir en nuestras vidas, conocernos un poco más a
nosotros mismos y ver qué nos hace felices y hacer lo que nos apasione de
verdad. Si tenemos uno o varios motivos poderosos por los que valga la pena
luchar, eso será suficiente para llegar
a nuestra meta.
También, tendremos que aprender a controlar
nuestro estado emocional, ya
que habrá días en los que nos sentiremos felices, y días que estaremos tristes.
Una de las técnicas más efectivas para controlar las emociones es la relajación, y basta con aprender a
relajarse a través de la respiración, siendo consciente de cada inspiración y
expiración, llevando a cabo la respiración con el diafragma (hinchando la
barriga cada vez que inspiremos y desinflando la barriga cada vez que
expiremos). Basta con aplicar este método 20 minutos cada día en una postura
cómoda (se recomienda sentado en una silla con la espalda recta, con la cabeza
ligeramente inclinada hacia abajo y apoyando las manos sobre las rodillas) y en
un ambiente tranquilo, donde no haya ningún tipo de ruidos. Otra variable a
tener en cuenta que influye en nuestras emociones es lo que nos decimos a
nosotros mismos y a los demás sobre lo que nos pasa, así que hay que intentar
centrarnos más en los hechos positivos
de nuestra vida, más que en los hechos negativos. Es decir, la actitud que tengamos frente a
nuestra realidad es muy importante, si pensamos en positivo, y hablamos de las
cosas buenas que nos suceden, atraeremos lo positivo a nuestras vidas, en
cambio, si siempre nos estamos quejando o viendo lo peor en lo que nos acontece,
atraeremos cosas más negativas.
Otra de las tareas que podemos realizar es llevar a cabo un plan de futuro, pensar qué
queremos en nuestro futuro y hacer un plan con las diferentes tareas para poder
conseguirlo. Además, es muy importante visualizar que conseguimos esto que
deseamos.
Por último, hay que aprender
a motivarse cada día. La motivación es algo que hay que alimentar,
requiere un esfuerzo constante de nuestra parte para poder
conseguir nuestros sueños. Tenemos que esforzarnos por dar lo mejor de nosotros
mismos, creer en nuestras capacidades (no importa lo que digan los demás) y
pensar que todo aquello que nos propongamos lo podemos conseguir con fuerza de
voluntad y entusiasmo. Y, cuando hayamos conseguido nuestros objetivos, siempre
hay que ponerse otros nuevos.
A continuación, tenéis un par de vídeos muy interesantes sobre la motivación, el primero es un cuento de Jorge Bucay y el segundo es una entrevista a un profesional del coaching. Espero que os gusten.
No hay comentarios:
Publicar un comentario